domingo, 28 de julio de 2013

fabúlame (Sasja Janssen)





Recuerdo la vida que no acaba
Recuerdo las vueltas por la extensa nieve azul celeste
Recuerdo los cerditos muertos a la vera del camino
durmiendo dulcemente, aún hablaban
Recuerdo mi primer amor que me dejó
Recuerdo a mi madre, a veces le toca felicidad
Recuerdo mi caída de la bici como una figurita
sobre un viaducto en la helada
Recuerdo a mi marido con omóplatos como alas
Recuerdo una procesión en el pueblo primaveral con cintas
en los árboles, los vestiditos blancos falsos el sol cortante

recuérdame.

Recuerdo a mi hijo nonato
Recuerdo la ciudad, sus suburbios, el edificio de la saltadora invitada
donde yo estudiaba
Recuerdo mi violación en un apartamento calefaccionado en Roma
Recuerdo al estudiante de arquitectura, sobrevivió sin mí
pero me quedé con él
Recuerdo a mis amores, que me envolvían como un planetoide
Recuerdo el bar azur donde no debía servirle más de diez
espressos a un autor, aunque él no contara conmigo
Recuerdo el canto elevado con una niña entre los prados
tenía el pelo adusto como yo, conocíamos nuestro inicio

anda.

Recuerdo la noche crepitante en la que hicimos un hijo
Recuerdo que mañanas oscuras se atascaban con estrellas tercas
Recuerdo mis anhelos como una vid
Recuerdo a mi padre, debía morir pero tenía últimas palabras
Recuerdo que mi marido y yo amábamos al mar
Recuerdo las islas, que escarbábamos como perros
Recuerdo a mi hermana gemela, juntábamos nuestras lenguas
Recuerdo mi cabello largo desgastándose por los asientos en habitaciones
sillas tranvías trenes camas manos

vamos, recuérdame.

Recuerdo las caras botellas de vino que me compró mi marido, para él
el jamón con pata, hizo de mí un soldadito sin arrepentimiento
Recuerdo la llegada de mis libros, no fueron partos
siempre habían estado
Recuerdo a mi hijo, sus manos sus uñas romas, por qué lloro
Recuerdo mi temor nocturno, noches seguidas, no azul noche
sino naranja vivo
Recuerdo a mi madre, se casó en secreto
Recuerdo al poeta porque me hizo oír las dunas, a veces
imposible el cielo, nos enamoramos y enloquecimos uno a otro
Recuerdo la luz, plata pez plomo fina gris etérea verde

anda, hazlo.

Recuerdo la división de cuerpo, no de cuerpo y alma
Recuerdo al profesor de lengua, fui una muñeca en su cama
no su primavera en Fialta
Recuerdo al director de cine que me abraza en el papel y en la realidad
como nadie, porque en el papel me abraza como solo
un director de cine sabe hacerlo
Recuerdo el perfume Stendhal que no podía pagar y me caí al suelo
en el cuarto de baño tras lo cual me acosté desnuda en él
Recuerdo las casas donde viví, me arrebataron algo
y no me quieren de vuelta
Recuerdo el consuelo de Paustovski, que me habla cuando se acuesta
a mi lado pero a él no puedo consolarlo porque es polvo
Recuerdo mis poemas, nadie los entiende
Recuerdo fabulosamente

fabúlame.

Sasja Janssen.
(Publicado en De Poëziekrant, número 2, 2012)
© traducción española: Diego Puls 2013

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