jueves, 6 de septiembre de 2012

Consejos para convertirse en "escritor"





Escriba a máquina, así tenga que pasar todo a computador después. En su defecto, escriba en fuente Courier New (aunque después tenga que pasar todo el texto a otra). Si puede hacerlo en público, mejor.

Hable mal de Paulo Coelho, así nunca haya leído nada de él.

Léase el Ulises de Joyce, así no entienda ni forro, pero hable del libro como si fuera Condorito. Eso sí: critíquelo. O mejor, léaselo en inglés para jactarse, y después critíquelo.

Frecuente un Café y escriba allá, en la mesa de siempre (invéntese las razones de por qué es perfecta para usted). Reúnase allí con otros seres semejantes a usted. Si puede reírse de sus ínfulas de escritores, mucho mejor.

Sea ateo, o agnóstico, que suena más interesante. Si no tiene argumentos en contra de la religión, investigue y proféselos como si fueran de toda la vida. Puede inventarse anécdotas, incluso. Pero si está muy rodeado de ateos o agnósticos, conviértase a cualquier religión y hable mal de la masa de nuevos fanáticos.

Empútese si alguien lo llama hipster.

Corríjale la forma de hablar y de escribir a todo el mundo.

Quéjese de lo mal que le va en el amor y en el sexo. Ventílelo en sus libros.

Fume y tome café para escribir.

Encuentre una marca de cigarrillos favorita y haga que sus personajes la usen.

Añore románticamente alguna época y quéjese de la que le tocó.

Aprenda a criticarlo todo por criticar y a elogiarlo todo por elogiar. Es todo un arte.

Lea a Bukowski, enamórese de él. Cuando haya leído a otros autores, diga que eso es literatura de novatos.

Dele consejos a todo el mundo después de leerles cualquier cosa. Eso sí: justifíquese después de mostrarle lo suyo a alguien. Oídos sordos a los inexpertos que osen criticarlo.

Aprenda a hablar en tono literario, que casi que se puedan intuir las acotaciones de todo lo que hace (“dice”, “exclama”, “se quita las gafas”, “se sienta”, “sorbe café”…).

Sufra de alguna enfermedad, o invéntesela y sufra.

Vaya a los foros de cine y vea películas en blanco y negro.

Busque cambiar al mundo al principio y después ríase de los ingenuos y pretensiosos.

Aspire a un premio Nobel, así sea en secreto. Pilas: en público diga que no le interesa.

Aprenda a posar para la foto de la portada de su libro o de la revista literaria.

Atribúyase frases celebres y cítese.

Vaya a París. Eso lo volverá un mejor escritor. Pida un café en la calle, ponga su mejor cara existencialista y critique el clima (el que sea).

Ensaye las respuestas a futuras entrevistas (porque usted va a ser famoso, figurará en Wikipedia y otros van a escribir sobre usted).

No se enfurezca si lo califican de raro, o loco. Usted es rarísimo.

Aprenda a jugar ajedrez y juegue en el Café literario que frecuenta.

Nunca lea a los clásicos, porque usted está de acuerdo en que no sirven para nada. Bueno, léalos si a su alrededor nadie lo hace y diga que hoy en día solo escriben basura.

Convénzase de que el mundo se va a ir a la mierda sin usted.

Consígase un gato y hable mal de lo poco literarios que son los perros.

Aprenda a catar vinos y no tome cualquier porquería que le ofrezcan.

Nunca, pero nunca, aprenda técnicas de escritura, ni lea manuales de consejos como este. Usted es un genio empírico.

Escriba un manual como este de todas maneras.

Sea un maestro en camuflar la envidia.

Invéntese y ensaye una firma bien bacana.

Escuche jazz, música clásica y rock (hasta los noventas, de ahí para arriba no hay con qué hacer un caldo). Vuélvase un experto en tangos y boleros. Escúchelos en el Café. 

Deshágase de las amistades que no estén en su nivel de lectura y que no le aporten nada a una conversación medianamente intelectual.

Abra un blog que se llame “Maripositas psicodélicas”, “El jardín del olvido”, “La cometa errante”, “Barquitos de papel”, etc., y suba cuanta verborrea se le ocurra.

Como el intelectual que es, esgrima cualquier postura política y hágase exiliar a toda costa (¿se quiere ganar el Nobel o no?).

Hable en primera persona plural sobre los escritores y los artistas.

¿Ya escribió en medio de una borrachera o un viaje de cualquier narcótico? Hágale pues.

Considere otro oficio.

Josef Karolys

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